Sistema de cimentación en la “isla de los perros”
DOI:
https://doi.org/10.56039/rgn06a03Palabras clave:
isla de los perros, sistemas de cimentación, canalesResumen
Previo a la construcción de Tenochtitlán, existían antiguas planicies, cañadas y barrancos a diversas profundidades, que el hombre rellenó con diferentes materiales y talló en la roca canales. A partir de los trabajos de geotecnia y exploraciones arqueológicas se tienen evidencias de los límites del contono de esta “isla de los perros” artificialmente por un relleno de 12 m de espesor que abarca de Corregidora a Santa Domingo, en la Ciudad de México y conforme se va hacia el lado Oeste es una zona de planicie que va 3 a 6 m. El objetivo general de este artículo es conocer cómo fueron rellenados estas cañadas y barrancos, ya que dentro de estos límites se construyeron las estructuras de Templo Mayor y sobre de ella la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional (al interior la Escapilla), y hacia el lado Oeste que va de Luis Moya y Bellas Artes, donde tenemos un sistema de canales. La hipótesis es que posiblemente tuvieron dos formas para poder construir la cimentación; la primera cuando el nivel estaba muy abajo o seco, la segunda colocaron sistemas hidráulicos; presa, muro o albarradón y desviación de canales para detener el agua y secar el espacio para construir. Para confirmar los datos anteriores presentamos documentos geológicos, históricos y material arqueológico; cerámica, arquitectura, canales y semillas. En esta investigación vemos como el hombre utilizó una obra de ingeniería hidráulica y de cimentación para construir la gran ciudad de Tenochtitlán sobre una zona lacustre hasta ese momento no utilizado.
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